domingo, 30 de mayo de 2010

Bolsa de Valores Pornografía Infantil Europa! Perú, México... Protagonistas


Ref: Bolsa de valores pornografía infantil 2010
En dos artíuculos que espero hagan reflexionar alas autoridades y la sociedad:
* Lamentablemente denunciar en Perú la pornografía infantil ante las autoridades policiales es inútil, la Red Preuana trabaja incansablemente y probablemente por la presión de sus derectivos se hagan "unos operativos" en contra de las mafias de trata de niños y violadores, que venden el material al mercado Europeo.
Y así, nosmeten el cuento de que el delito no crece, es en America Latina, Perú, México, Chile, Artgentina, Colombia etc, donde se fabrica el material que luego se consumen al otro lado del mundo.
No habrá solución si on hay coordinación y un canal fácil de denuncia.
Y que respuesta tiene las autoridades, cuando este material se ofrece descaradamente en canales como youtube? Montan videos editados que después de contactar por meio de mensajes personales, se intercambian en alojadores o por correos tradicionales. Hasta cuando tanta indiferencia?
Fuente Original: Peru 21.pe
Por Miguel Sarria / Catia Gutiérrez 28 de mayo 2010
Mafias explotan sexualmente a niños

Los pederastas captan menores en el interior de nuestro país, los violan, los graban y venden los videos a Europa a 8 mil dólares.
¿Puede haber algo peor que violar a un niño? Aunque parezca terrible, la respuesta es sí. En el Perú, mafias organizadas de pornografía infantil estarían ultrajando a menores de edad del interior del país para grabar las agresiones –en algunos casos “consentidas’ a cambio de dinero – y vender los videos en el mercado negro de Europa.
Cada película de una hora –con un menor de 10 años, captada con buena calidad (cámaras profesionales, ambientes acondicionados y hasta con una historia de por medio)– estaría valorizada hasta en ocho mil dólares en el extranjero. Mientras más pequeña es la víctima, más caro es el material.
Así lo comprobó la Red Peruana de Lucha contra la Pornografía Infantil, durante una investigación realizada entre enero de 2008 y diciembre de 2009. El presidente de dicha organización, Dimitri Senmache, aseguró a Perú.21 que estos delincuentes operarían principalmente en las ciudades de Piura, Loreto, Ucayali, Cajamarca, etc.
Se trata de pederastas que trabajarían de la mano con las bandas de tratas de personas. Estas últimas son las encargadas de conseguir a los menores en lugares de extrema pobreza.
El accionar de estos sujetos ha convertido a nuestro país en uno de los principales productores de pornografía infantil de Sudamérica. Las mafias serían de origen peruano, con contactos para comercializar los videos en el extranjero.
Las conexiones, revela Senmache, se harían a través de foros especializados que circulan en Internet y donde ingresar es casi imposible para las autoridades (se exige como “matrícula’ un video inédito de agresión a un menor). Lima sería otro punto de producción.
EL INTERCAMBIO. El jefe de la División de Delitos de Alta tecnología (Divindat) de la Policía Nacional, coronel Óscar Gonzales, confirmó a Perú.21 que estas bandas vienen operando en todo el país. Si bien reconoció que el índice de pornografía infantil en Perú está muy por debajo de las “potencias’ como España, México y Estados Unidos, aseguró que en nuestro país la mayoría de intervenciones se realiza a pederastas que intercambian videos a través de Internet.
Estos sujetos consiguen a sus víctimas bajo dos modalidades: intrusión (indagar a través de las redes sociales, como Facebook o Hi-5) y sabotaje (hacker a sus cuentas de correo electrónico y messenger).
“Se hacen pasar por niños de la misma edad que sus “blancos’. Así se ganan la confianza hasta pactar una cita. Entonces, los raptan y los violan. Muchas veces, todo queda registrado en video para su posterior comercio o intercambio”, afirma Gonzales, quien hace unos días conversó en vivo con Perú21.pe.
La incidencia sería tal que, solo hace unos días, los detectives de la Divindat detuvieron a Holger Barra Torres (31) y Carmen Cortabrazo Durand (27), que utilizaban a menores de edad entre 10 y 14 años, quienes se hacían pasar por adultos por el chat, utilizando nombres sugestivos y frases sexuales, para vender pornografía a 15 euros por 20 minutos a ciudadanos españoles.
TRABAJO DIFÍCIL. El coronel Gonzales afirma que muchas veces dar con los delincuentes sexuales es una tarea complicada. En ocasiones logran obtener el IP de los pedófilos tras hurgar en los foros de Internet. El problema es tener la ubicación, pues se requiere del levantamiento del secreto de las comunicaciones y el apoyo de las empresas de telefonía. Este trámite puede demorar hasta nueve meses.
“En otros países, la ley acelera este proceso y en un máximo de 78 horas la Policía, por ejemplo, de España, tiene la ubicación exacta de la dirección IP”, señala Gonzales.
Otro gran problema sería la inacción del Poder Judicial. Como ejemplo podemos citar el caso del catedrático y abogado Mario Luna Bedoya, quien fue detectado por la Policía como un pedófilo que intercambiaba imágenes por Internet. El hombre huyó del país mientras la PNP esperaba la orden de detención del juzgado.
Fuente El País
Cada año, 1,39 millones de personas, en su gran mayoría mujeres, son sometidas a la esclavitud sexual. La periodista y escritora mexicana Lydia Cacho ha dedicado cinco años a trazar el mapa de esta lacra contemporánea para su libro 'Esclavas del poder' (Debate). De los prostíbulos turcos a las ceremonias sexuales de los 'yakuzas' japoneses, pasando por los oscuros 'desfiles de modas' de Myanmar. En este personalísimo texto exclusivo para 'El País Semanal' relata algunas de las historias que vivió en su periplo.
Cuando tenía siete años, mi madre nos advertía a mi hermana Sonia y a mí de que siempre que saliéramos a la calle evitáramos a la robachicos, una vieja conocida en el vecindario porque secuestraba niñas; las atraía regalándoles caramelos y luego las vendía a extraños. La palabra equivalente en inglés, kidnapper (robaniños), es utilizada hoy para referirse al secuestro de personas de cualquier edad. Cuarenta años después de aquellas lecciones infantiles, descubrí que lo que en mi infancia parecía una anécdota propia de Dickens, con los años se convertiría en uno de los problemas más serios del siglo XXI. La sociedad tiende a considerar la trata de niñas y mujeres como una reminiscencia de otro tiempo. Creíamos que la modernización y las fuerzas del mercado global habrían de erradicarla y que el abuso infantil en los oscuros rincones del mundo subdesarrollado habría de disiparse al simple contacto de las leyes occidentales y la economía de mercado. Mi investigación demuestra justamente lo contrario. El mundo experimenta una explosión de las redes que roban, compran y esclavizan a niñas y mujeres; las mismas fuerzas que en teoría habrían de erradicar la esclavitud la han potenciado a una escala sin precedentes. Estamos presenciando el desarrollo de una cultura de normalización del robo, compraventa y corrupción de niñas y adolescentes en todo el planeta, que tiene como finalidad convertirlas en objetos sexuales de renta y venta.

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